A precio de ganga, casi regalado le resultó al León el castigo impuesto por la Federación por los hechos ocurridos en el Estadio Nou Camp el pasado sábado en el partido de vuelta de la semifinal contra Tijuana cuando hubo trifulcas consistentes en lanzamiento a la cancha de todo tipo de objetos, invasión de la misma, destrucción de alambrado, golpeados, etc.
Solamente 1 partido de veto recibió el Estadio de León por estos acontecimientos, acuerdo tomado en la reunión de la comisión disciplinaria.
Por diferentes medios la opinión era de que había motivos para que fueran varios.
Por diferentes medios la opinión era de que había motivos para que fueran varios.
Además del veto a la plaza de León, se aplicaron otras sanciones : Suspensión por 1 partido a José Luis López del Irapuato, expulsado en el pasado partido; dos partidos de castigo a Pablo Bonells de León por insultar a los oficiales en el partido pasado; igualmente, del mismo León, 1 partido de suspensión a Ignacio González por conducta antideportiva en el mismo partido donde se originaron los problemas y 1 partido a Blas Pérez que fue expulsado.
Además del veto impuesto al León y según los reglamentos, se hace acreedor a una multa equivalente a 1500 salarios mínimos.
Se cree que las influencias del dueño de León, Jesús Martínez, pudieron haber sido factor para que el castigo fuera ligero.
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